
Con total seguridad, si fueran mías me molestarían profundamente esas pintadas y garabatos. Pero debo reconocer que, como fotógrafo, he descubierto que me apasionan esas maltratadas puertas de la zona vieja de Ourense, que se pueden convertir en interesantes fondos o constituir, por sí mismas, el sujeto de la foto.